Grito

FRITZIA IRÍZAR

GRITO
Acción sonora orquestada

Video por Daniel Monroy / Sonido por Gerson Escudero

 En este, nuestro inquietante y contradictorio tiempo, hemos sido testigos de la aplicación de tecnologías en funciones tan   intrascendentes y de poca urgencia como la de interpretar el maullido de tu gato, hemos logrado identificar con asistencia   de entrenadores y por cuenta propia el ladrido de nuestro perro; observamos aves y conocemos de entusiastas que se   jactan de identificar las 400 voces del cenzontle y otras especies, pero la voz atenuada, la de auxilio, la silenciada por el   temor de una mujer, parece ser la que ni los vecinos, ni los familiares, ni la tecnología, ni los criminólogos han podido   identificar a tiempo, ni tan solo un poco antes de que la tragedia suceda.

La pandemia de este siglo reveló los eficazmente guardados secretos domésticos de desigualdad y abuso, nos ha   confrontado con casi todos nuestros temores: la muerte, la enfermedad, la soledad, la pobreza, la injusticia social, pero   sobretodo ha puesto a prueba nuestro diseño social tanto en lo público como en lo privado; nunca antes con esta   magnitud, hemos podido probar nuestras buenas y malas decisiones: si ahorraste, si tu pareja es la correcta, si has   preparado a tus hijos para la adversidad, si sostienes buenos hábitos alimenticios, si el diseño de tu casa es eficiente, si   manejas de buena manera el control tus emociones bajo presión, si el compromiso con tu comunidad es genuino, etc.
Pero sobretodo, lo que desde el inicio de esta pandemia se ha confirmado, es que todos estos retos han sido mucho más   duros, complejos, injustos y hasta más crueles para las mujeres.

La orquestación de este grito sostenido, está altamente impregnado de lo que recientemente atestiguamos   desde los medios y redes sociales, desde donde fuimos testigos de sesiones con horario establecido de aplausos,   improntas artísticas de ánimo y muchas otras tantas expresiones de júbilo, celebración y aliento para todos mientras   iniciaba el confinamiento, pero poco a poco el ánimo se ha ido transformando, las simples porras y hurras ya no son   suficientes y, a casi un año de iniciados en esta nueva orden mundial, los gritos de siempre, los de auxilio, de hastío, de   sobrecarga y desigualdad, se siguen manteniendo al interior, no se atreven a cruzar el umbral de las ventanas como lo   hicieron las celebraciones y canciones, esos gritos que cuando sin quererlo se escurren hasta afuera, siguen siendo   inexistentes, que en su plenitud sonora siguen siendo ignorados, se mantienen por voluntad colectiva en el confinamiento   de lo privado, de lo cultural y de lo que las legislaciones deficientes dictan.

La acción propone una orquestación de estos gritos hasta hoy inaudibles, provocarlos a salir por la ventana y obligar a lo   público a no ignorarlos ni una vez más, que su intensidad y magnitud rompa de una vez por todas con “la buena   costumbre” de negar su existencia, un grito colectivo desde lo habitacional, ese que es ahora nuestro único mundo; que   recorra de arriba abajo y de abajo hasta arriba y mas allá, cada piso de uno y muchos edificios; que se empalmen las   voces, que hemos llegado al grado cero de la tolerancia de cualquier tipo de discriminación y abuso, para poder crear una   nueva voz.

Participantes

Verónica Álvarez

Luz Aragón

Mireya Bonilla

Olimpia Coria


Imelda Cortés

Ángela Gutiérrez




Andrea Madero

Lorelen de Urioste










Fritzia Irízar (Culiacán, México, 1977). Vive y trabaja en Mérida.
El trabajo de Fritzia Irízar ha cuestionado el valor del dinero y su poder adquisitivo. Irízar juega con la revalorización económica y simbólica de los objetos cuando pasan de su ámbito común para integrarse al arte. Asimismo, su trabajo da cuenta de que la historia y las ciencias son casi ficciones, construidas sobre pequeñísimas parcelas de conocimiento sujetas a la decisión de unos cuantos individuos. Sin embargo, son ficciones que deseamos sostener: como actos de fe, de pertenencia, de voluntad o de certeza.






Fritzia obtuvo la beca del programa BANCOMER-MACG arte actual 2011, fue elegida por la comisión del Cisneros Fontanals Art Foundation (CIFO) de EEUU en su programa de premios y comisiones 2011, así como del programa de residencias AIR-KREMS en Austria en 2013. En 2016 realizó dos residencias: Les Récollets en París y Headlands en San Francisco. Recientemente su obra fue parte de la Bienal del Mercosur en Porto Alegre en 2015 (curada por Gaudencio Fidelis). Sus exposiciones más recientes incluyen: “Mazatlánica” en MUAC (Museo Universitario Arte Contemporáneo de la UNAM); "Fritzia Irízar: CaCO3" en OCMA (Orange County Museum of Art), "Cycles of Collapsing Progress” en BeMA (Beirut Museum of Art) y su participación en la XIV Bienal de Cuenca: "Estructuras vivientes. El arte como experiencia plural" (Fundación Municipal Bienal de Cuenca, Ecuador).


Su trabajo forma parte de colecciones tales como Colección Isabel y Agustín Coppel, México y Cisneros Fontanals Foundation, EEUU.


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